El descubrimiento de un grande.
“Está cerca de mi corazón y es uno de los filmes que siempre estoy feliz de ver de nuevo”. Ingmar Bergman .
“Un verano con Mónica” (Summer with Monika, 1953) de Ingmar Bergman.
Harriet Anderson, , Lars Ekborg.
El film que dio a conocer al gran cineasta sueco en todo el mundo , uno de sus extraordinarios retratos de mujeres y que fue película de cabecera de François Truffaut y Jean-Luc Godard. La mirada a cámara de Mónica (Harriet Andersson), sostenida en primer plano durante medio minuto, interrogando en silencio al espectador, fue el signo de una ruptura que se prolongaría, justo siete años después, en las miradas a cámara de Jean-Pierre Léaud y Jean Seberg al final de “Los cuatrocientos golpes” y “Al final de la escapada ‘ ,respectivamente.
Que Ingmar Bergman dejara impune la conducta de su protagonista, que la dejara marcharse sin remordimiento alguno, es muy consecuente primero con el propio personaje, una jovencita apenas saliendo de la adolescencia que busca un escape a la fea y gris cotidianidad, y lo encuentra en la ensoñación del cine que ve y en los brazos de un joven a quien se entrega y con quien pasará un verano idílico que pretenden sea eterno. Y segundo, era también el modo que tenía Bergman para decirnos que no está ahí para juzgarla, que no se cree moralmente superior a ella. Su narración no busca darle a ella –ni a nosotros- una lección. Los actos y las decisiones de Monika son solo suyos, su rebeldía frente a lo que socialmente se esperaría de ella es respetada por el director.
Muy grande!!!