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Tiempo de amar, tiempo de morir

No a la GuerraFilms Antibelicos / pacifistas (24) A Douglas Sirk. 26/4/1897. In Memoriam. “La guerra fue el final de una era, en el arte también. Y nosotros estábamos tratando de crear una nueva filosofía, una nueva sociedad, no sé si lo logramos” .Douglas Sirk.”Tiempo de amar, tiempo de morir” (A Time to Love and a Time to Die, 1958) de Douglas Sirk. John Gavin, Liselotte Pulver, Jack Mahoney, Keenan Wynn, Erich Maria Remarque, Klaus Kinski.Durante la Segunda Guerra Mundial , un soldado alemán que combate en el frente ruso obtiene un permiso para volver a Alemania. Tras comprobar que su casa ha sido bombardeada, emprende la búsqueda de sus padres desaparecidos; al mismo tiempo, conoce a la hija de un preso político y se enamora de ella. Erich Maria Remarque fue un prolífico autor, de los que pasarán a la historia por una única novela: La primera que escribió, también llevada al cine en un par de ocasiones, titulada “Sin novedad en el frente”, la primera de Milestone en 1930 una absoluta obra maestra. En ella, Remarque, vació sus vivencias de la Gran Guerra e inauguró un estilo en el que los protagonistas son los combatientes y no las batallas y sus hechos, jugando mas con los efectos del horror que con sus causas. El hombre, que metido en la sinrazón del horror de la guerra y la fragilidad de la vida humana, bajo el huracán del fuego y el hierro, establece lazos de amistad y gasta su precaria vida en sueños de paz y en buscar abrigo y sustento, es el discurso universal que Remarque inauguró con su “Sin novedad…” y que se ha repetido hasta la saciedad, especialmente para ilustrar trabajos de discurso antibelicista.

Sin embargo, tan simple y a estas alturas, poco original relato, adquiere caracteres de obra maestra, en manos de Douglas Sirk. La facilidad del director de Hamburgo de dar dimensión humana a los gestos sencillos y de alternar los detalles del horror de los frentes de combate con los sentimientos de las personas, establecen un relato, cargado de fuerza y de vigor, que -sin distinción de bandos ni de realidades históricas- produce en el espectador un fuerte sentimiento de rechazo de todo aquello que conlleva a la sinrazón de los hombres y mujeres metidos en el sangrante torbellino de las guerras. El mago del melodrama, que ha sido Douglas Sirk no ahorra mordacidad, humanidad y patetismo a un relato antibelicista, al que le saca todo el partido y más, para llevar al espectador a sentir la desazón de los combatientes y a las de las castigadas retaguardias de la Alemania en guerra, en un desgarrador film en el que el amar y el morir son los auténticos protagonistas. Una de las más bellas historias de amor que se hayan contado en imágenes. Una flor que brota en un erial azotado por el huracán y pugna por sobrevivir, abriéndose fugazmente en todo su esplendor a los escasos claros de luz que perforan momentáneamente las tinieblas que la envuelven. Un gran melodrama en un contexto horrible , la guerra.