“Hace 50 años
Films infravalorados (21)
Para reflexionar y mucho.
“Cuando el destino nos alcance”(Soylent Green, 1973) de Richard Fleisher
Charlton Heston Leigh Taylor-Young, Joseph Cotten, Paula Kelly, Edward G. Robinson.
Desde que la viera ahora hace más de 40 años, este film con esa rimbombante “traducción” (mucho mejor el original, ‘Soylent Green), se convirtió al instante en una de mis películas de ciencia-ficción favoritas de todos los tiempos junto a otros clásicos de la época como “El planeta de los simios ” también con Heston y como no , “2001” de Kubrick.
Estos días me ha ido rondando por la cabeza a menudo , cercana a los tiempos que vivimos y sobretodo una escena extraordinaria de Edward G. Robinson moribundo ante una pantalla que proyecta lo bella que fue la tierra.
El film se sitúa en Nueva York, allá por el año 2020, ya ves que casualidad , una macrópolis de 40 millones de habitantes. En esta época, lejana cuando se realizó el film, el hombre ha sobreexplotado los recursos del planeta hasta agotarlos casi por completo. Toda la población mundial come lo mismo: un alimento elaborado a base de algas marinas llamado Soylent, pero no se produce suficiente cantidad y el fantasma de la muerte por hambre se abate sobre la humanidad. La Compañía productora del Soylent saca entonces al mercado un nuevo producto, el Soylent Green, mucho más completo y nutritivo que el anterior.La sociedad retratada por la película está en plena decadencia. El replanteamiento de la lucha de clases queda estupendamente sugerido por la imagen de una gran ciudad partida por la mitad por el cauce seco de un río, que separa las zonas donde malviven los pobres de las áreas en las que moran los ricos. La involución social alcanza cotas inimaginables, tales como el que las mujeres sean consideradas poco menos que objetos que se heredan con los apartamentos de superlujo que van quedando vacíos al morir sus propietarios. Con todas estas ideas, y otras muchas perfectamente integradas en el conjunto del film, Fleischer consigue crear un impresionante y descorazonador fresco futurista.
La película se beneficia tanto de un reparto excepcional como de un guión excelente. Fleischer con obras tan interesantes en su filmografía como : Los vikingos, 20.000 leguas de viaje submarino, El estrangulador de Boston, Viaje alucinante o Los nuevos centuriones , encara la puesta en escena de la película muy cuidadosamente. Abundan las escenas inolvidables. Los primeros planos de Robinson y Heston dándose un banquete de autentica comida, mientras escuchamos música clásica; la represión de la revuelta, con las palas de los camiones cargando literalmente a los manifestantes en las cajas de los mismos, como si de reses para el matadero se trataran… Es una película llena de imágenes poderosas. Pero la mas impresionante de todas es la del suicidio de Roth (Edward G. Robinson, en su último papel para el cine) El viejo judío ha decidido quitarse la vida al descubrir el espantoso secreto del Soylent, que revela a Thorn(Charlton Heston), y muere lentamente ante una gran pantalla que proyecta vistas idílicas de las maravillas del mundo de antaño, con Beethoven o Grieg como música de fondo.
Una película inquietante y aterradora, con un mensaje plenamente vigente aún hoy, 45 años después de su estreno y que acabo de revisar Una pequeña joya de la ciencia-ficción que, además, nos invita a reflexionar sobre nuestro incierto futuro. Un futuro que, no lo olvidemos, creamos nosotros mismos.