You are currently viewing “Senderos de Gloria (1957): La Denuncia Cinematográfica de la Naturaleza Humana y la Autoridad”

“Senderos de Gloria (1957): La Denuncia Cinematográfica de la Naturaleza Humana y la Autoridad”

El cine a menudo sirve como un espejo en el que la humanidad puede contemplar sus aspectos más oscuros y perturbadores. “Senderos de Gloria” (1957) de Stanley Kubrick es una de esas obras maestras que expone las facetas más sombrías de nuestra especie mientras critica vehementemente la ignorancia autoritaria que perpetúa la violencia y la guerra.

La película comienza con una declaración escalofriante que resuena en la conciencia colectiva de la audiencia: “Hay ocasiones en que siento vergüenza de pertenecer a la raza humana.” Este sentimiento conmovedor establece el tono para la exploración sin concesiones de la condición humana frente al conflicto. A medida que se desarrolla la historia, el público conoce al Coronel Dax, interpretado por el legendario Kirk Douglas, quien tiene la tarea de liderar a sus hombres en un asalto fútil y devastador durante la Primera Guerra Mundial.

Es a través del personaje del Coronel Dax que emerge la verdadera esencia del sentimiento antibelicista de la película. “El patriotismo es el refugio de los cobardes”, declara el Coronel Dax, un sentimiento que encarna el tema central de la película: la necedad de la lealtad ciega a la autoridad y el hueco honor de la guerra. A medida que el protagonista navega por las dinámicas desgarradoras de la maquinaria bélica, el público es llevado en un viaje que expone la absurdidad del conflicto y las consecuencias desgarradoras de las decisiones tomadas por aquellos que están alejados del campo de batalla.

“Senderos de Gloria” no solo presenta un feroz alegato contra la guerra y sus arquitectos, sino que también sirve como un testimonio del coraje y la resiliencia de las personas atrapadas en su punto de mira. El apoyo inquebrantable de Kirk Douglas, tanto en términos financieros como artísticos, fue fundamental para dar vida a esta obra maestra cinematográfica. A pesar de su compromiso, la película enfrentó adversidades, siendo prohibida en varios países, incluyendo Francia, Inglaterra, Italia, España y Suiza. En España, no fue hasta 1986, casi tres décadas después, que el público pudo finalmente experimentar el poderoso mensaje de la película.

Esta obra de arte se desarrolla en el contexto de la Primera Guerra Mundial, centrándose en un episodio sombrío que encapsula la falta de sentido de la guerra y el desprecio por la vida humana. Curiosamente, Kubrick ofreció una interpretación alternativa del propósito de la película, afirmando: “Para mí, no es exactamente una película antibélica. Es una película sobre la ignorancia autoritaria.” Esta perspectiva invita a los espectadores a considerar las implicaciones más amplias del poder y la manipulación que persisten en la sociedad.

El eslogan alternativo de la película, “Los senderos de gloria conducen al cementerio”, subraya aún más el desprecio de la película por la glorificación de la guerra. Sorprendentemente, “Senderos de Gloria” resuena como un triunfo cinematográfico a pesar de la notable ausencia del enemigo, los alemanes, a lo largo de la narrativa. Es un testimonio del genio de Kubrick, demostrando que la esencia de la guerra no se limita al campo de batalla, sino que está intrínsecamente ligada a la irracionalidad del comportamiento humano.

En conclusión, “Senderos de Gloria” sigue siendo un logro cinematográfico esencial y conmovedor que arroja luz sobre la propensión humana a la ignorancia, las consecuencias de la autoridad y la trágica absurdidad de la guerra. Su relevancia perdurable continúa desafiando a la audiencia a examinar los roles que desempeñan en la perpetuación de ciclos de conflicto, y su poderoso mensaje resuena a lo largo de la historia como un llamado convincente a la reflexión y al cambio.