“Pan de limón con semillas de amapola”(2020) de Benito Zambrano .Elia Galera, Eva Martín, Mariona Pagès, Marilu Marini, Tommy Schlesser .La última película del gaditano Benito Zambrano, con ese título tan curioso, es una adaptación de la novela de Cristina Campos con el mismo nombre. En esta ocasión, el director realiza todo un ejercicio de sencillez, pero consigue llegar a los más profundo de quien lo visiona. La trama narra la historia de Ana y Marina, dos hermanas que llevan catorce años sin hablarse, pero que tendrán que reencontrarse por una curiosa herencia. A partir de ahí, los espectadores serán testigos del proceso que hacen ambas para reconstruir su relación y poner sus vidas patas arriba. Las dos son muy diferentes: Ana es una mujer adinerada y con poder y Marina es una doctora que trabaja como cooperante en África. Estas dos visiones de la vida hacen la obra más interesante.La versión cinematográfica de la propuesta de Campos está protagonizada casi íntegramente por mujeres. Por eso, casi toda la totalidad del reparto está conformado por actrices que realizan un minucioso trabajo. Elia Galera encabeza el elenco con el personaje de la doctora, una mujer con una gran coraza que, poco a poco, se va a dejando llevar por lo que siente de verdad. Esta evolución que experimenta Galera en su interpretación traspasa la pantalla, tanto, que permite al público ver en sus miradas los miedos e inseguridades que experimenta su personaje. De hecho, aunque no sea oportuno desvelar mucho más, se dará cuenta de algunos asuntos que le ayudarán a entender el sufrimiento que vivió en su adolescencia.Además de ella, destaca el gran trabajo de Eva Martín, quien encarna a Ana. A pesar de su aparente felicidad, el trabajo de Martín representa a una mujer con muchas heridas internas, las cuales acaban transformándola y volviéndola una persona más empoderada, aunque sus circunstancias cambien radicalmente.El amor, la maternidad, la unión familiar o las relaciones tóxicas están presentes en la película de una forma muy evidente. Su montaje ayuda a ver el gran contraste que existe entre la personalidad de unos personajes y otros. Esta disparidad de modos de ver la vida hace que el público no se aburra en ningún momento. Eso sí, la cinta tarda bastante en comenzar su conflicto principal.A mí particularmente me dio la emoción por el lagrimeo desde casi al principio hasta el fin . Mi ojo uveitico agradeció esa humedad inusual en mi poco dado al lloro en el cine. Pero a veces pasa y lo ha hecho con este film de Zambrano , al que conocí hace un par de años en Barcelona y charlamos un rato dándole la enhorabuena por su anterior trabajo “Intemperie” para mí uno de los mejores films de aquel año. La excusa argumental es lo de menos , lo importante son esas dos hermanas tan dispares y el retrato que de ambas hace el director y su equipo con guión de el mismo y la autora de la novela y la gran interpretación de todas las mujeres del film , en especial las dos protagonistas.
