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Más que Nunca

Conmovido y emocionado estoy ante esta modesta gran película y más al ver en los títulos de crédito finales la dedicatoria a un tal Gaspard. Intuí, no se por que, que se refería a su protagonista masculino, Gaspard Ulliel. Me informé por las redes sobre él y la noticia, que yo desconocía, es que falleció con tan sólo 37 años, en un accidente esquiando, meses antes del estreno del film
Este comentario también va por él. DEP
“Más que Nunca” ( Plus que jamais, 2022) de Emily Atef.
Vicky Krieps, Gaspard Ulliel, Bjørn Floberg
“Más que nunca” se centra en una pareja muy unida puesta a prueba por la enfermedad: condenada por un grave problema pulmonar, Hélène (Vicky Krieps) duda en buscar tratamiento antes de rechazar el trasplante que podría ser su vía de salvación. Por capricho o por qué así lo desea , se va sola a Noruega, cerca de un fiordo, en un entorno natural tan maravilloso como frío, tras hablar con un desconocido Ben (Bjørn Floberg) que tiene un blog en el que habla de su enfermedad (cáncer).
Una decisión incomprensible para Matthieu (Gaspard Ulliel), el esposo de Hélène, que no puede aceptar esta idea de su partida, y mucho menos la idea de su muerte.
Ambos están super enamorados. Pero ella insiste en irse sola y no en avión, sino en tren pasando por media Europa.
¿Podemos elegir nuestra muerte? ¿Debemos algo a los que quedan? , ¿Hélène elige su destino o renuncia a la vida? La película plantea estas difíciles preguntas con gran modestia, sinceridad y sin sentimentalismos gratuitos, con sencillez,, privilegiando la belleza de los paisajes, la luz soberbia y la sensualidad y verdad que emana de sus intérpretes.
La actriz luxemburguesa Vicky Krieps, descubierta en “Phantom Thread” junto a Daniel Day-Lewis, está perfecta. Cercana a Meryl Streep tanto físicamente como en sus gestos, su mirada, sus emociones, su alta capacidad interpretativa en un papel de gran dificultad que ella borda con contención y dejándose todo, allí, en los fiordos noruegos especialmente.
Gaspard Ulliel, su marido, también notable, decide ir a buscarla y pedirle que vuelva a Burdeos con el, con su familia.
Queda elegir y Helene lo hace y lo entendemos. Los minutos finales pueden parecer una excesiva romántica y apasionada historia de amor . Pero el final nos dará la explicación de que todo eso no es un exceso sino una una lógica necesaria.
Como dice el personaje de Ben, de vuelta de casi todo, hombre rudo. retirado en su cabaña en el bello y majestuoso fiordo. “Es quien va a morir el que decide, no los que están sanos que le rodean”.
Magnífica, otra ventana del conocimiento que se abre. Y seguimos sumando.
A destacar, antes que se me olvide, el gran trabajo de dirección de la cineasta alemana Emily Atef y la breve pero importante presencia de Liv Ullman – me acordé de Bergman en algún momento -, como la madre de Helene.