Katherine Hepburn y su Inolvidable Estancia en Atienza.
El séptimo arte, el cine, es un mundo repleto de historias fascinantes y anécdotas que marcan la memoria de cinéfilos y aficionados por igual. Una de estas historias se desarrolló en el verano de 1970 en el corazón de España, en el apacible pueblo de Atienza, en la provincia de Guadalajara. Este artículo se centra en la memorable visita de la icónica actriz Katharine Hepburn a este rincón remoto, donde se encontraba rodando una película que, de alguna manera, dejó una huella imborrable en la historia del cine.
La Emblemática Katharine Hepburn
Katharine Hepburn, un nombre que evoca elegancia, talento y valentía en la industria cinematográfica. Conocida como una de las actrices más influyentes de la historia del cine, Hepburn dejó una marca imborrable con su actuación y su estilo de vida poco convencional. Su visita a Atienza no fue una mera casualidad, sino un capítulo más en la vida de esta legendaria intérprete.
Las Calles de Atienza y “Las Troyanas”
En el verano de 1970, la España de Franco era un lugar marcado por una sociedad tradicional y conservadora. En este contexto, Katharine Hepburn llegó a Atienza, un pequeño pueblo que parecía un mundo aparte de Hollywood. Vanity Fair recuerda que Hepburn paseó por las calles de Atienza mientras se rodaba “Las Troyanas”, una adaptación de la obra clásica de Eurípides en la que la actriz ya exhibía su veteranía. A sus 63 años, Katharine Hepburn ya era un verdadero mito en el mundo del cine.
El escritor y historiador Tomás Gismera, en un artículo publicado en 2020 en Nueva Alcarria, rememora que Atienza era, en ese momento, una villa histórica pero poco conocida. Nadie en el pueblo sabía quiénes eran “Las Troyanas” ni qué significaban. Lo que sí se sabía es que la producción de la película estaba transformando la tranquila vida del pueblo.
La Preparación en Atienza
Desde el mes de mayo, el Ayuntamiento de Atienza emitía bandos regulares en los que se solicitaban diversos recursos para la película que se rodaba en el castillo. La presencia de arquitectos, ingenieros y representantes de Bellas Artes era común en la localidad, ya que se necesitaban autorizaciones para la filmación en un entorno tan histórico y protegido como el castillo de Atienza.
Un día, llegaron dos figuras que marcarían la memoria de Atienza: Katharine Hepburn y el director de la película, Michael Cacoyannis. La visita tenía un propósito especial: la actriz debía conocer la casa que sería su hogar durante los próximos meses y dar sus indicaciones sobre la decoración del interior y el color de las paredes. La casa, que aún estaba en proceso de construcción, sería el refugio de la actriz durante su estancia en el pueblo. El alquiler, que ascendía a 1,500 pesetas diarias, era considerado una auténtica extravagancia para la época, pero estaba a la altura de una estrella de su magnitud.
El Impacto de la Visita de Katharine Hepburn
La llegada de Katharine Hepburn a Atienza no solo cambió la vida de la comunidad local, sino que también dejó una impresión duradera en la historia del cine. La actriz, conocida por su estilo único y su actitud independiente, se convirtió en una figura inolvidable para los habitantes de Atienza. Su estancia en el pueblo generó un interés inusual por parte de los medios de comunicación, que deseaban obtener cualquier información sobre su vida cotidiana y sus actividades en el set.
El Rodaje de “Las Troyanas”
Mientras Katharine Hepburn se aclimataba a su nueva casa en Atienza, el rodaje de “Las Troyanas” estaba en pleno apogeo. La película, dirigida por Michael Cacoyannis, es una adaptación de la obra clásica de Eurípides que narra la trágica historia de las mujeres troyanas después de la Guerra de Troya. La elección de Atienza como escenario para la película añadió un toque mágico y auténtico a la producción, ya que el pueblo, con su arquitectura medieval y su impresionante castillo, aportó una autenticidad única a la película.
El Encanto de Atienza
Atienza, con su atmósfera medieval, su castillo imponente y sus calles empedradas, se convirtió en un escenario ideal para una película ambientada en la antigua Troya. Las casas de piedra y las murallas antiguas crearon un ambiente que transportaba a los espectadores a la época antigua. La elección de este lugar remoto para la filmación demostró la visión y el compromiso del director Michael Cacoyannis en la creación de una película auténtica y visualmente impresionante.
La Interacción con la Comunidad de Atienza
Katharine Hepburn no era solo una estrella de cine en Atienza, sino también una parte activa de la comunidad durante su estancia. Se la veía con frecuencia interactuando con los lugareños, visitando tiendas locales y disfrutando de la comida y la cultura española. Su presencia en el pueblo se convirtió en un punto de conversación entre los habitantes de Atienza, quienes la recibieron con los brazos abiertos.
El Impacto Duradero de “Las Troyanas”
“Las Troyanas” no solo dejó una impresión en la comunidad de Atienza, sino que también se convirtió en un hito en la filmografía de Katharine Hepburn. Aunque la película puede no ser la más conocida en su extensa carrera, el hecho de que se rodara en Atienza y que la actriz estuviera involucrada en su producción la convierte en un capítulo especial en la historia del cine.
Conclusión
La visita de Katharine Hepburn a Atienza y el rodaje de “Las Troyanas” en este pintoresco pueblo español se convirtieron en un episodio inolvidable tanto para los habitantes locales como para los amantes del cine. La presencia de la icónica actriz en un lugar tan remoto y su participación en una película que trascendió su tiempo son testimonios de la magia y el impacto duradero del cine en la vida de las personas y en la historia misma. La memoria de la gran Katharine Hepburn en Atienza sigue viva, una huella imborrable en la historia cinematográfica y en el corazón de aquellos que tuvieron el privilegio de vivir este capítulo único en la historia del cine.