Entre Maradona y Fellini “Fue la mano de Dios” (È stata la mano di dio, 2021) de Paolo Sorrentino. Filippo Scotti, Toni Servillo, Teresa Saponangelo, Marlon Joubert, Luisa Ranieri. Fiel a su estilo Paolo Sorrentino nos sumerge en su fascinante universo, mitad real y mitad onírico, para describir con encanto sus anécdotas de adolescente que lo marcaron de por vida. Del mismo modo que Federico Fellini hiciese en la extraordinaria “Amarcord”(1973), recurre a la imaginación para edulcorar la realidad -algunas veces brutal, otra deliciosa – con la sensibilidad de la poesía urbana.Sin lugar a dudas el episodio de mayor importancia es el fallecimiento de sus padres, pero se acompaña la tragedia con esperanza. Así , él se salvó de milagro por asistir a un partido del Nápoles de Maradona.
Esta simbiosis entre tragedia y pasión marcan el ritmo del relato, que tiene a Maradona y Fellini de contexto místico sobrevolando toda la historia de vida del protagonista.”Fue la mano de Dios” encadena episodios de la juventud del álter ego del realizador Fabietto Schisa (Filippo Scotti) con su peculiar familia. La influencia de su padre Saverio Schisa (interpretado por Toni Servillo, protagonista de La grande belleza) y de su bromista madre Maria Schisa (Teresa Saponangelo),ambos fantásticos y que serán fundamentales, pero también de toda una encantadora fauna hogareña que incluye hermanos, tíos, vecinos y el amigo contrabandista del barrio. La relación con su bella tía Patrizia (Luisa Ranieri), musa inspiradora de Fabietto, es otro de los personajes relevantes de la trama.
Que daría por si sola para una película .Sorrentino se aleja del realismo en una gran primera parte de tono nostálgico , cómico y luminoso y utiliza un universo plagado de imágenes surrealistas y estéticamente bellas al mismo tiempo.Tono que cambia a dramático y es menos colorido y luminoso después del tragico momento de la muerte de los padres .Esa fascinación por desprenderse de la realidad y viajar a otra dimensión en cada uno de sus imágenes está fundamentada en la trama,.Hay idealización y melancolía sobre los recuerdos pero también, al modo Fellini, un encanto circense por la recreación de personajes y situaciones imposibles.Su vocación por el cine aparece en la parte final del mismo modo que las demás situaciones: es el destino inevitable y también producto de la más azarosa casualidad. Un misterio que es mejor no explicar desde el argumento para dejarlo abierto. Quizás “Fue la mano de Dios” no sea la mejor película de Paolo Sorrentino, pero sus tersas superficies de placer y de dolor –reflejadas en planos suntuosos en pantalla ultra ancha y unos colores que la imaginación sólo puede relacionar con el sol mediterráneo– resultan casi siempre irresistibles.Sin duda una de las grandes películas del año pese a que su primera parte sea superior a la segunda y desde luego estará entre las mejores de este 2021.