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First Cow

“Historia de dos amigos y una vaca en el salvaje Oeste” .”First Cow” (2019)” de Kelly Reichardt. John Magaro, Orion Lee, Toby Jones, Ewen Bremner, Scott Shepherd.El último filme de la directora independiente Kelly Reichardt es un western atípico personal, realista, precioso y pausado, ligero y poco tenso. Al mismo tiempo, y por todo ello, es casi un anti-wéstern: minimalista, rehuyendo parte de la iconografía habitual del género. Es tan personal, en cuanto al cine del Oeste, como lo fue ‘Deadman’, firmada por otro cineasta independiente, Jim Jarmusch. Casualidad o no, aquella tenía como protagonista a un personaje llamado William Blake, como el poeta y pintor; esta se abre con una cita del mismo artista. Tras la cita, vemos a una mujer y a un perro en un bosque. Parece que estemos en el inicio de ‘Wendy y Lucy’, la única película que he visto de Reichard, historia de una joven (Michelle Williams) y su perra. Pero tras esta imagen entre inquietante y sorprendente, con el hallazgo de un esqueleto escondido en la tierra, el relato se pliega en el tiempo y viaja hasta la primera mitad del siglo XVIII en Oregón, para contar la historia de amistad entre un dubitativo cocinero y un inmigrante chino perseguido por unos asesinos rusos.Reichardt, como Jarmusch pero con un tempo distinto, filma igualmente las pausas, los tiempos muertos, el placer de la contemplación, el descubrimiento, la supervivencia, la fisicidad de un paisaje sin contaminar. Es un wéstern que no tiene nada que ver ni con John Ford ni Sergio Leone, ni con Clint Eastwood ni Quentin Tarantino. Y el final, como el de ‘Deadman’, es muy hermoso.La economía de medios , la desnudez y ligereza aparente a lo Bresson y una mirada tan personal como distinta y novedosa del género norteamericano por excelencia junto a un cuidado de los detalles exquisito y sencillo . Filmada en formato casi cuadrado 4:3, al contrario que la tradicional fotografía panorámica asociada al western, esta historia intimista avanza a un ritmo moroso, atenta siempre a una naturaleza que sus protagonistas respetan. En ese sentido, son dos héroes que se comportan como si fueran hombres actuales y en cuya amistad hasta puede asomar el amor homosexual. Uno casi no habla y el otro suelta sentencias filosóficas, aunque sus ideas llevadas a la práctica acaben siempre como el rosario de la aurora. «La Historia está en camino, todavía no ha llegado. Nosotros nos hemos adelantado a ella», explica autoconsciente.First Cow’ es como si los protagonistas de ‘Dos hombres y un destino’ en vez de saltar a los rápidos de un río se dedicaran a cortar leña, cocinar y lavar la ropa. Son los tiempos muertos que el resto de westerns ignoran y que Reichardt filma con detenimiento y maestría para profundizar en la psicología de los personajes. Al fin y al cabo, el principal objetivo diario de la gente en aquella época era buscarse la vida y conseguir comida. Posiblemente la mayoría de personas que vivieron en aquellos lugares en aquella época estaba mucho más cerca de esos dos amigos ordeñando una vaca de la que no son dueños para hacer bollos y venderlos que de los héroes clasicos del western .Esperamos que nos lleguen pronto los anteriores films de esta notable directora .