NO A LA GUERRA. Films antibélicos/pacifistas (19)”El puente” (Die Brücke, 1959) de Bernhard Wicki. Folker Bohnet, Fritz Wepper, Michael Hinz, Frank Glaubrecht, Karl Migau . En una entrevista, el director dijo que la idea la sacó de la experiencia de un amigo suyo. Ya en los títulos de crédito, al final de la película puede leerse: “Este hecho sucedió el 27 de abril de 1945. Fue tan poco importante que no aparece en ningún parte de guerra”. La película está ambientada en la invasión aliada de Alemania en 1945, concretamente en el frente occidental, durante los días finales del régimen nazi. En ese momento, ante la falta de potencial humano alemàn se reclutaron tanto a los mas mayores como a los más jóvenes. Siempre que la vuelvo a ver, me impresiona como unos chiquillos que visten pantalones cortos al comienzo de la película acaban con un uniforme y un fusil intentando defender, con toda la desesperación de que un ser humano es capaz, un pequeño puente en una aldea perdida alemana.
Podemos ver una transición brusca desde la adolescencia y los juegos de niños a la madurez y las responsabilidades. Este tema está presente en varias películas de temática bélica como “Sin novedad en el frente” o “El Imperio del Sol”, pero posiblemente esta es la que consigue reflejarlo con más verdad y crudeza . Lo mas impactante que tiene la película es su final. Cuando los chavales (los que quedan) han conseguido que el puente no caiga en manos de las tropas aliadas y entonces viene un pelotón de alemanes a destruir el puente. La escena del chico superviviente caminando sobre el puente siempre me produce un nudo en la garganta.”El puente” es una obra maestra del antibelicismo y antimilitarismo. Condena los hechos que se ven, sin hacer mucho más que poner la cámara, recrear el salvajismo de la guerra y mostrar la locura de los combatientes. Todo ello ante la atenta mirada del espectador que ve horrorizado el final de esos pobres muchachos, cuyas vidas nos han sido explicadas. Da igual que tengan más o menos sentido, son vidas, a fin de cuentas, y merecen ser vividas.


