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Día Internacional de los derechos del niño.

Reflexiones de Cineastas (29). Día Internacional de los derechos del niño.
En “La piel dura” (L’ Argent de poche, 1976) quisiera plantear esta pregunta: ¿Por qué se olvida tan frecuentemente a los niños en las luchas que emprenden los hombres? Se les llama tiernos y son más duros y flexibles que los adultos.
Siempre estamos influidos por las cosas de la infancia, porque nos devuelven a nuestros orígenes y a los orígenes de la vida. Todo lo que hace un niño en la pantalla parece que lo hace por primera vez y es precisamente eso lo que convierte tan valiosa la película dedicada a filmar jóvenes rostros en transformación… El niño inventa la vida, se golpea, pero desarrolla al mismo tiempo todas las facultades de resistencia. Estas ideas generales han guiado la elección de episodios auténticos o imaginarios que constituyen la trama de ‘La piel dura’. (…) La infancia es el mundo que mejor conozco. Me siento mejor con un niño que con un adulto. Las personas están demasiado impresionadas por un papel social para ser verdaderamente sinceras. No puedo tener una conversación con ellas más que cuando hablamos de cine. Con los niños, por el contrario, puedo hablar de todo.”
François Truffaut.
Truffaut realiza en este sensible y tierno film, un esfuerzo para presentar, no solamente niños, sino también a sus maestros. Hace un contraste manifiesto entre el profesor Richet (Jean-Francoise Stévenin) y la maestra Petit (Chantal Mercier). Richet es agradable y dispuesto, empático con su grupo, flexible con el programa del curso y que sabe dosificar tanto la formación como la información en sus alumnos, se comporta amigablemente sin que por ello se le vaya el orden de las manos. Con este personaje, Truffaut hace un homenaje a quienes encarnan el maestro que se preocupa por sus alumnos, que los conoce y aprecia, que es a veces padre y a veces amigo, un ser humano cálido, que acompaña al alumno en algunos difíciles años de su vida. Al contrario, a la señorita Petit, la presenta como autoritaria e inflexible, a la que preocupa más la tarea y el contenido que los alumnos.
“La razón de ser de La piel dura- es que no me canso de rodar con niños”. Prólogo del film del propio Truffaut.
Una exquisitez con un gran encanto, conmovedora y emotiva como pocas.