Retrato minucioso de la psicología del rey y de su progresiva decadencia, es una película desmesurada (cuatro horas), elegantísima, rodada con una belleza y una sensación de realidad que, a diferencia de casi cualquier folleton histórico, uno puede sentir que se está asomando realmente a la corte bávara y no a una recreación moderna de bigotes postizos, trajes de guardarropía y pelucones de ópera. La sensación de verdad es tan grande y los actores encarnan a sus personajes de forma tan perfecta que si viésemos la verdad nos decepcionaría.Mas de tres horas de auténtico espectáculo .

“Terminé enfermo al concluir el rodaje, fue excesivo para mis años, pero controlé la belleza en un vaso de cristal de bohemia, y con la fuerza de Helmut y la ternura y asombrosa belleza de Romy, creo haber conseguido lo que me propuse, una película que refleja todo mi amor por el arte”- Luchino Visconti.