Recomendación televisiva. La 2.. 21:55. Mi comentario en su estreno. “Capharnaüm”(2018) de Nadine Labaki.
Zain Al Rafeea, Yordanos Shiferaw, Boluwatife Treasure .
Este contundente film de la actriz y directora libanesa, aquí en un pequeño rol de abogada del protagonista Zain (Zain Al Rafeea), cuenta las desventuras de un chico libanés de 12 años ,que decide denunciar a sus padres. Ésta premisa abre distintos debates sobre la pobreza que se vive en Líbano, los niños y niñas de la miseria que maduran a golpe de necesidad, la dejadez del Gobierno en ayudar a éstas familias y sobre los padres y madres que tienen hijos sin poder permitírselo.
Labaki construye toda una narrativa asfixiante., que muestra que ser pobre, niño/a y vivir en Líbano es estar muerto en vida. Labaki no escatima en mostrar continuamente la desdicha del protagonista o la de su hermana casada por obligación a los 12 años. Ésto le ha valido numerosas críticas, ya que ese tipo de vida se muestra con crudeza y según algunos como panfleto emocional buscado , yo no llegaría a tanto y hablaría quizás de un exceso de violencia y de sentimentalismo al tiempo. Lo cual es sólo una elección de la autora de “Caramel”. Quizás algunos fallos de montaje y cierta falta de explicación en por qué los padres viven en esas condiciones sean sus únicos peros .
Zain Al Rafeea supera con creces cualquier actuación infantil que hayamos visto en mucho tiempo. Pero no sólo él: el bebé que le acompaña ,en realidad es una niña llamada Boluwatife Treasure Bankol, consigue una dinámica y una conexión brutal entre ambos. Un bebé de 1 año que es co.protagonista de toda la película, insólito . A mí es lo que más me ha sorprendido. Hablamos de que en dos horas y cuarto son capaces de llevar una película ellos solos. Las circunstancias, la ira de Zain, los llantos, la complicidad… Es digno de ver lo bien que están ambos.
La película es finalista a los Oscars , primera vez en la historia de los países árabes y primera que es una mujer libanesa la directora.
Pese a lo complicado de mostrar las miserias de un país en subdesarrollo, la realizadora libanesa intenta exculpar a su población de ciertos actos. La sociedad se ve empujada a ser como es debido a su forma de criarse. De igual manera, refleja multitud de denuncias sociales que las ONGs mundiales y muchos organismos vienen denunciando durante décadas. Entre estas nos encontramos los matrimonios concertados con menores de edad, la falta de escolarización, la explotación infantil, la violencia, las drogas, las trata de esclavos, la inmigración ilegal, las condiciones infrahumanas de vida… Verdades muy crueles mostradas al milímetro y que incomodan a muchas personas, que prefieren seguir cegadas ante lo que sucede. No solo en el Líbano sino en gran parte de la población mundial.
Estamos ante una de las grandes películas .