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As Bestas

Una joya. Oigan. Gran guión y el resto también.
“As Bestas” (2022) de Rodrigo Sorogoyen. Marina Foïs, Denis Ménochet, Luis Zahera, Diego Anido, Marie Colomb.
Una pareja francesa (Denis Menochet y Marina Foïs) vive en un remoto valle de la Galicia profunda, practicando la agricultura ecológica sostenible y restaurando viejos caserones abandonados. Para ellos esa tierra es su paraíso, pero mantienen una relación tóxica con una familia vecina (Los hermanos interpretados por Luis Zahera y Diego Anido que viven con su madre) a causa de un viejo desacuerdo a la hora de vender el bosque para una explotación de energía eólica. Un choque frontal entre la edénica visión de la vida en el campo y la miseria endémica de la España vaciada, tenso como un alambre de espino. Y una profunda reflexión sobre el modo tan distinto en que un hombre y una mujer encaran la resolución de un conflicto: de la rabiosa sed de venganza al peso de la razón.
La película toma referencia un suceso antiguo. El conocido como crimen de Petin. En aquella tragedia de 2010, el holandés Martin Verfondern insistía obstinado en su deseo irrefrenable de vivir en paz con la naturaleza y en guerra con sus vecinos. El venía de fuera; sus enemigos, no. Y así hasta que el 19 de enero desapareció. El filme sitúa en Galicia (aunque fue rodada en Bierzo) a Antoine y Olga a los que dan vida de forma algo más que precisa, diría que excelente, Denis Ménochet y Marina Foïs. Practican una agricultura ecológica y responsable y hasta sacan tiempo para restaurar casas abandonadas por aquello de la repoblación. Los que allí viven no comparten tanto afán bucólico y lo que quieren es huir con el dinero que recibirían si (por unanimidad) dejaran que su bosque milenario se poblara de molinos para producir energía, la eólica. Que lo no contaminante para el medioambiente sea lo que más contamine el ambiente no es tanto contradicción como callejón sin salida.
Justo cuando creíamos que nada podría superar la sutileza y la belleza de ‘Alcarràs’ o la tragedia humanista de ‘Cinco lobitos’, ‘As bestas’ llega arrasando con todo: es la mejor película española del año, una lección de cine que es sobresaliente en cada uno de sus departamentos, desde la espectacular fotografía de Alejandro de Pablo hasta la cuidada banda sonora de Olivier Arson, haciendo especial hincapié en la actuación de Luis Zahera, absolutamente soberbio, espectacular, único, magnífico.
Todos los premios de este año, con justicia, deberían recaer en él y su Xan, que en manos de otro actor podría pasar por un personaje unidimensional pero al que Zahera logra dotar de cientos de pequeños matices tanto corporales como vocales. Cualquier escena en el bar, sus inflexiones al hablar, las amenazas corporales, el humor seco… Xan es terrorífico y al mismo tiempo reconocible, un personaje fantástico que ha recaído en el intérprete perfecto para darle vida.
“Estoy muy, muy orgulloso de este guion”, afirma Sorogoyen sonriendo y mirando de reojo a Isabel Peña, su coguionista, en una entrevista . “Habla de muchas cosas y creo que todo funciona de una forma muy… orgánica: es una historia de amor maravillosa de una pareja y de una mujer capaz de resistir en un entorno hostil. Es también una historia sobre racismo, sobre pobreza, sobre el abandono de la tierra, sobre violencia masculina… Hay veces que intentas meter muchas cosas en un guion y no te salen tan bien como aquí”. Peña asiente y añade: “Creo que en “Que Dios nos perdone” éramos mucho más inexpertos y quisimos hablar de un montón de cosas que se apelotonaban y, en fin, todo era un poco lío. De algún modo, nos sirvió de entrenamiento”.
Eso mismo digo yo y lo confirmo, totalmente de acuerdo . Si todo es notable, interpretación, fotografía, ambientación, sonido, música, montaje y el guión es de matricula.
Sin lugar a dudas una extraordinaria obra maestra.