Teresa Wright, 27/10/1918. In Memoriam.”Los extraño a todos. Stop. Voy a pasar una temporada con ustedes. Stop. Llegaré el jueves con toda seguridad. Avisaré hora exacta. Con cariño para todos. Un beso para la pequeña Charlie de su tío Charlie”. Josep Cotten.”La sombra de una duda” (Shadow of a doubt, 1943) de Alfred Hitchcock. Teresa Wright, Josep Cotten.El film preferido de Hitchcock de todos los suyos, según la entrevista que le realizó Truffaut. Lo cierto es que es una pelicula de una aparente sencillez pero que encierra muchas de las constantes del cine del maestro .El tío Charlie (Cotten) huye de la policía, y decide refugiarse en Santa Rosa, un pueblecito californiano donde vive su hermana. Su sobrina Charlie ( una estupenda Teresa Wright) le idolatra, pero poco a poco va descubriendo que su pasado esconde algo turbio. La policía le investiga y un agente se enamora de ella. El detective le cuenta que el tío Charlie podría ser un asesino al que llaman “el asesino de las viudas alegres”. Eso explica que no quiera oír el vals cuando lo cantaba la sobrina, y también que arrancara una página del periódico. También explica las iniciales de un anillo que regaló a la sobrina.La policía deja de buscarle, porque encuentra un falso culpable, pero la sobrina quiere que su tío abandone la familia, y el tío quiere deshacerse de la sobrina.
Entrevista sobre el film para el libro “El cine según Hitchcock” de F. Truffaut: François Truffaut: Sé que Shadow of a Doubt (La sombra de una duda) es de todos sus films el que usted prefiere. Creo, sin embargo, que si por desgracia desaparecieran todas sus restantes películas, Shadow of a Doubt daría una idea inexacta del «Hitchcock touch». En cambio, Notorious (Encadenados) dejaría una imagen más fiel de su estilo. Alfred Hitchcock: No debería decir que Shadow of a Doubt es mi película favorita. Si me he manifestado a veces en este sentido es porque me doy cuenta de que esta película es satisfactoria para nuestros amigos los verosímiles, nuestros amigos los lógicos…
François Truffaut: … y nuestros amigos los psicólogos… Alfred Hitchcock: … sí, y nuestros amigos los psicólogos. Es, pues, una debilidad por mi parte, porque si por un lado pretendo no preocuparme por la plausibilidad, por otro lado me inquieto por ella. ¡Sólo soy humano a fin de cuentas! Pero, seguramente, la segunda razón es el recuerdo tan agradable que guardo del trabajo con Thornton Wilder. En Inglaterra, siempre había conseguido la colaboración de las mejores estrellas y de los mejores escritores. En América no había sucedido lo mismo y había recibido negativas por parte de algunas estrellas y de algunos escritores que despreciaban el tipo de trabajo que me interesa. Por ello me resultó de repente muy agradable y satisfactorio descubrir que uno de los mejores escritores americanos estaba dispuesto a trabajar conmigo y a tomarse el trabajo en serio.
Con Thornton Wilder habíamos trabajado de una manera muy realista, en especial para todo lo que concierne a la ciudad y el decorado. Habíamos elegido una casa y Wilder temía que fuese demasiado grande para un pequeño empleado de banca. Después de una investigación descubrimos que el tipo que habitaba esa casa se encontraba en la misma situación económica que nuestro personaje y entonces Wilder quedó satisfecho. Cuando volvimos a la ciudad, antes del rodaje, el tipo, tan contento de que su casa saliera en la película, la había pintado. Nos vimos obligados a pintarlo todo otra vez «de sucio» y, naturalmente, al acabar la película se lo volvimos a pintar todo de nuevo. François Truffaut: Shadow of a Doubt es, con Psycho, es una de sus raras películas en la que el personaje principal es el malo y el público simpatiza mucho con él, probablemente porque no se le ve nunca asesinando a las viudas…
Alfred Hitchcock: Probablemente, y además es un asesino idealista. Forma parte de esos asesinos que sienten en ellos una misión de destrucción. Puede que las viudas mereciesen lo que les ocurría, pero no era asunto suyo hacerlo. En la película se plantea un juicio moral, ¿verdad?, ya que Cotten es destruido al final, aunque sea accidentalmente, por su sobrina. Esto equivale a decir que no todos los malos son negros ni todos los héroes son blancos. Hay grises en todas partes. El tío Charlie quería mucho a su sobrina, pero no tanto como le quería ella a él. Sin embargo, ella ha tenido que destruirlo, pues no olvidemos que Oscar Wilde dijo: «Matamos a lo que amamos.»François Truffaut: A propósito de Shadow of a Doubt hay una cuestión de detalle que me preocupa; en la primera escena de la estación, cuando llega el tren del que va a descender el tío Charlie, hay una enorme humareda negra que sale de la chimenea de la locomotora y, cuando el tren se acerca, oscurece todo el andén. Tengo la impresión de que era una cosa deliberada porque, al final de la película, en la segunda escena de la estación, cuando el tren se va, sólo hay un poco de humo blanco. Alfred Hitchcock:
Efectivamente, para la primera escena había pedido mucho humo negro; es una de estas ideas por las que uno se molesta mucho sin que luego se adviertan, pero aquí tuvimos suerte: la posición del sol produjo una bonita sombra sobre toda la estación. François Truffaut: ¿Esta humareda negra puede traducirse por «aquí está el diablo que entra en la ciudad»? Alfred Hitchcock: Sí, naturalmente. En el mismo orden de ideas, en The Birds, cuando Jessica Tandy se va en su camioneta después de haber descubierto el cadáver del granjero, ha recibido un auténtico choque y, para preservar esta emoción, hice salir humo del tubo de escape del coche y también polvo de la carretera esto contrasta con la apacible escena de su llegada: la carretera ligeramente húmeda y sin humo en el tubo de escape.?