22/4/1930.In memoriam “Ya viene el negro zumbon Bailando alegre el baion Repica la zambomba Y llama a la mujer. Tengo ganas de bailar el nuevo compás Dicen todos cuando me ven pasar “¿Chica, dónde vas?” “¡Me voy a bailar, el baión!”Tengo ganas de bailar el nuevo compás Dicen todos cuando me ven pasar “¿Chica, dónde vas?” “¡Me voy a bailar, el baión!”El primer contacto de la Mangano con el cine llegaría por su noviazgo con Marcello Mastroianni. Pero pasaría un tiempo hasta que protagonizó «Arroz amargo» (1949), película de Giuseppe de Santis que se mueve entre el melodrama, los temas sociales y la exaltación del muslo. El director convirtió el pobre valle del Po en un lugar erótico .La Mangano, con solo 19 años, ya era una bomba sexual tan voluptuosa como lejana. Una Anna Magnani con 20 años menos, una Ingrid Bergman con toques latinos y una Rita Hayworth con unos kilos de más, según los patrones actuales, para los de entonces una sex symbol.En su madurez fue todo lo contrario a esa imagen que había dado en «Arroz amargo» o en «Ana» (inolvidable el bayón, y no sólo para Nani Moretti, que la homenajeó en “Caro diario” ). Ya como musa de Pasolini( “Edipo Rey” , “Teorema”) y de Visconti(“Muerte en Venecia” , “Confidencias “) era la mujer más refinada del cine. Era reservada y nada exhibicionista, pero a esa inaccesibilidad había contribuido su marido, Dino de Laurentiis,. Incluso parece que se opuso a su participación en «Ocho y medio» de Fellini por celos de Mastroianni. Este solía decir: «Silvana debió quedarse conmigo. Estábamos hechos el uno para el otro. Pero entonces yo no era nadie y ella era ambiciosa. Se casó por interés y no ha sido feliz. Y yo tampoco.”Volviendo a la etapa de belleza salvaje , el jersey de «Arroz amargo» que solo igualaron Ava Gardner en “La Condesa descalza” y Kim Novak en «Vértigo». En 1987 todavía haría «Ojos negros», donde era la mujer de Mastroianni.Una “Mamma” inolvidable ,la Mangano.