Al “Padre” del Cine documental.
A Robert J. Flaherty 23/7/1951. In memoriam
“Moana”(1926) de Robert J. Flaherty .
Robert Flaherty, conocido, entre otras, por su carismática “Nanuk el esquimal”, dirigió “Moana” en 1926, un documental que rodó en Samoa, registrando con su cámara a los habitantes y paisajes de Safune .
Tras el éxito con la filmación de Nanook, la Paramount quería repetir esquema e invirtió para enviar a Flaherty a recoger la forma de vida tradicional de los polinesios. Cuando llegó allí, Flaherty se encontró con que los misioneros habían llegado antes y, por tanto, los lugareños no eran un pueblo totalmente virgen. Habían sustituido, por ejemplo, sus vestimentas tradicionales por el estilo occidental. El nombre del personaje conductor y líder masculino, Moana, significa “agua profunda” en el lenguaje local. “Moana” es considerado como la primera docuficción de la historia del cine. Para la realización del filme, Flaherty se instaló en Samoa con su mujer e hijos durante mas de un año, entre abril de 1923 y diciembre de 1924.
En España estuvo prohibida durante muchos años , eso de mostrar los pechos desnudos de las nativas era pecadísimo e inmoral.
Grotesco.
Sus obras pioneras, como “Nanook el Esquimal” y “Moana: Una leyenda de los mares”, nos permitieron adentrarnos en culturas y paisajes lejanos, transmitiendo autenticidad y emoción en cada escena. Su habilidad para capturar la belleza de lo cotidiano y su compromiso con la verdad hicieron de él un cineasta excepcional.
El legado de Robert J. Flaherty trasciende las décadas, inspirando a generaciones posteriores de cineastas a explorar la realidad a través del lente de una cámara. Su impacto en el cine documental es incalculable, y su influencia continúa moldeando la forma en que percibimos y entendemos el mundo.
En este día de conmemoración, recordamos y celebramos la vida y obra de este visionario del cine. Su dedicación a la búsqueda de la verdad y su habilidad para plasmarla en la pantalla lo convierten en un verdadero maestro del arte cinematográfico. Que su legado siga inspirando a futuros documentalistas a explorar y contar las historias que merecen ser escuchadas y vistas. Descansa en paz, Robert J. Flaherty.