.22/5/1907. In Memoriam.”Eso no es la aurora boreal. ¡Es Manderley!” Maxim de Winter (Lawrence Olivier)”Rebeca”(1940) de Alfred Hitchcock.Laurence Olivier, Joan Fontaine, George Sanders, Judith Anderson, Nigel Bruce.Todos los admiradores del maestro Hitchcock tenemos una cita periódica en Manderley. Su primer film americano , a él no le convencía, era al único que le pasaba eso, el resto la adoramos.Tengo una amiga que le puso Rebeca a su hija por este film y cada vez que nos vemos me lo recuerda . “Tu tienes la culpa Juan , siempre hablando y recomendando los films del “maestro” y en particular de este”. Pues encantado de esa “culpabilidad”.Desde el inicio acompañando sus primeras imágenes con las notas de Frank Waxman, Hitchcock deja bien claro no vamos a ver una comedia precisamente. Un travelling atraviesa una cerca cerrada y serpentea de noche por un camino abandonado, mientras la voz en “off” de la protagonista comienza con una frase para la posteridad (“Anoche soñé que volvía a Manderley”). Y entonces vemos la mansión, en ruinas, como una presencia amenazadora, tétrica y siniestra, que la sensación que allí ocurrió algo estremecedor. Tras este brillante inicio, Hitchcock va desvelando la trama, que comienza con la historia de “amor” entre la protagonista, interpretada por Joan Fontaine, y Max (Lawrence Olivier), en Montecarlo. Hitchcock aprovecha estos primeros minutos para definir a sus personajes, ella una joven ingenua, y casi anónima (no llegamos a saber su nombre en ningún momento del film), y él atormentado por el pasado y por el recuerdo de su difunta mujer. El film gira alrededor de una persona muerta, la Rebeca del título, eje sobre el que basculan todos los personajes, y de cuyo recuerdo se encarga de mantener su ama de llaves, la Sra. Danvers (impresionante Judith Anderson). El director no se preocupa de mostrarnos ningún “flashback” de la desaparecida, limitándose a construir la trama y la puesta en escena alrededor de su ausencia, más que de su presencia física. No sólo Rebeca es un personaje que sin que lo veamos, está presente, también Manderley, la mansión es casi un personaje más. Una presencia siniestra y poco acogedora para la segunda Sra. de Winters (reforzado por el hecho que el film expone su punto de vista), ya que el caserón era el territorio de Rebeca, y cualquiera que intente ocupar su lugar es una amenaza. El resto es historia del cine y de la grande.
