21/5/1952. A John Garfield , In memoriam.”La fuerza del destino” (Force of evil,1948) de Abraham Polonsky. John Garfield,Thomas Gomez, Marie Windsor.John Garfield; nacido en un barrio marginal y criado en reformatorios se dedicó a vagabundear por el país, fue boxeador y por fin actor de teatro y cine. La carrera de Garfield fue muy corta pero intensa y uno de sus mejores filmes fue esta ópera prima de Abraham Polonsky: “La fuerza del destino”. “Force of Evil”, también conocida como “El Poder del Mal”, narra la vida de Joe Morse (John Garfield), un abogado que estaba en la nómina de un gangster. Abraham Polonsky logra plenamente poner en boca de sus protagonistas las denuncias de la corrupción y del poder que otorga el dinero. Algo que tendría como referencia Scorsese de forma buscada y querida en su cine de mafiosos. Así, en el arranque, consigue crear al protagonista con un par de frases que se oyen en off: “siempre es un día de suerte para el que sigue con vida”, “era el día en que iba a conseguir mi primer millón de dólares; dólares sucios”. Y es que, a veces, una frase vale más que mil palabras. Pero una imagen también. Cuando Joe y su jefe hablan de “negocios” sus figuras aparecen distorsionadas por las sombras gigantescas de ventanas o escaleras, sombras que proyectan los enrejados o barandillas a modo de barrotes de una cárcel imaginaria, confirmando lo ilegal de la operación que se traen entre manos.
Para conseguir la estética correcta y expresar lo que sentía, Polonsky le dio una pista a su director de fotografía –George Barnes, un gran profesional-: le dijo que se fijara en los cuadros que Edward Hopper hizo de la Tercera Avenida de Nueva York; aquellas pinturas reflejaban como nadie la soledad de la gran ciudad. Pero lo que no sabía el realizador es que los excelentes planos generales del final, con un atormentado John Garfield en una ciudad semi desierta, de paredes larguísimas y puentes amenazantes, traspasaron lo fílmico para adentrarse en la realidad. En efecto, la lucha de Joe Morse contra el sistema que el mismo había creado, se convierte en la soledad del propio John Garfield frente a esa inmensidad urbana que los hombres habían erigido para, paradójicamente, convertirlos en seres insignificantes y sin personalidad propia. Así debía sentirse el actor cuando le confirmaron su inclusión –y la de Polonsky- en la tristemente famosa Lista Negra del HUAC (Comité sobre Actividades Antiamericanas)Para un actor aquejado de problemas cardíacos, la persecución a que fue sometido y el consiguiente destierro y la falta de trabajo por no querer delatar a ningún compañero, y por no admitir nunca su pertenencia al partido Comunista, resultaron fatal. Cuatro años después, en el mejor momento de su carrera, fallecía John Garfield a la edad de 39 años.


