Escrita por William Harrison y dirigida por Norman Jewison, Rollerball está ambientada en un futuro en el cual el gobierno del mundo está en manos de empresas, que dirigen los países igual que sus negocios. Es un mundo lleno de comodidades y privilegios, si tienes dinero y eres un ejecutivo, en el cual las guerras y el crimen forman parte del pasado. Como válvula de escape existe el Rollerball, un juego tremendamente violento en el cual se enfrentan diferentes ciudades. Jonathan E. (James Caan) es la estrella más popular de este juego, sin embargo, cuando le piden que se retire, lo quiera él o no, empezará a cuestionarse como funciona la sociedad en la que vive y cuál es el auténtico propósito del juego.

Destacar, a su vez, la fotografia de Douglas Slocombe , la música de Andre Previn y la excelente dirección de Jewison en las escenas de los partidos, metiéndote en el terreno de juego y llevando al límite los medios de la época. Pensemos que, por ejemplo, la Steadicam no aparecería hasta un año después, en 1976.

Poco después del estreno de la película se organizaban partidos de Rollerball auténticos, ya que la gente había disfrutado de ésos momentos de la película. Lo cual también es un motivo de reflexión en sí mismo.

James Caan llenaba absolutamente la pantalla y demostraba lo que ya en los Padrinos habíamos intuido.